Desde la Grecia antigua, en el templo de Apolos, en Delfos, estaba escrito la siguiente frase: Conócete a ti mismo.

Comienzo con la siguiente frase.

Antes de hablar, escucha.

Antes de escribir, piensa.

Antes de criticar, examínate.

Antes de herir, siente.

Antes de orar, perdona.

Antes de gastar, gana.

Antes de rendirte, intenta.

Antes de morir, vive.

Todas estas palabras comienzan en ti, y en Dinamo vivimos la frase del título de esta reflexión. Y si vives con el Espíritu Santo de Dios conocerás las profundidades de tu corazón.

Una experiencia personal con la desilusión

En una ocasión delegué a un equipo de trabajo una tarea. Todos tenía que preparase y para cierta fecha presentarlo. La fecha llegó y se realizó la presentación. No todos lo realizaron bien. Me quedé con inquietud en mi corazón si se prepararon bien o no. Luego de la exposición me acerqué algunos y les pregunté si se habían preparados bien. Su respuesta fue sincera y expresaron no. Luego le acompañaron justificaciones. ¿Te ha pasado a ti?

Me sentí muy molesto, triste y muy desilusionado en mi interior. No esperaba del ellos ese comportamiento. Como persona empecé a tomar iniciativas donde trabajaría más cerrado, más inclinándome a los resultados que a las personas. En ciertos momentos también pensé en reclamar y juzgar sus hechos. Era su líder en ese momento y me sentía con derecho de reclamar. Esto pasaba en mi interior. Como Dios lo ve todo, en una ocasión leí un devocional y entendí algo bello.

La desilusión implica que en mi vida ya no hay más conceptos erróneos, impresiones, y falsos juicios. La desilusión que viene de Dios nos lleva al punto donde vemos a la gente como realmente es y, sin embargo, no hay cinismo ni pronunciamos palabras hirientes o amargas.  Es lo real.

La lección de conocerse más a sí mismo

Entonces aprendí que las imágenes y expectativas que yo me había creado antes que apareciera la desilusión no coincidían con la realidad vivida después. Simplemente me estaba engañando yo mismo. Fue difícil aceptarlo. Pero finalmente lo acepté.

Trabajé conmigo mismo. La iniciativa de trabajar más a base de resultados y no valorar a las personas, menguó. Por eso al ocurrir un evento, creo que lo mejor es mirarse uno mismo antes que a tu prójimo.

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Piensa...

¿Has estado en una situación parecida a esta? ¿Qué pensamientos o comportamientos has pensado? ¿Qué harás?

En Dinamo decimos: los líderes necesitan conocerse a sí mismo. Es una mirada al interior, el lugar que Dios ve con más atención.

1 Samuel 16:7:

“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

Gilberto Domínguez
Escrito por Gilberto Domínguez

Director de Dinamo en Cuba. Casado con una hermosa mujer y tengo dos bellos hijos. Estoy viviendo el propósito de Dios en mi vida. En verdad es bello, sí que vale la pena vivirlo.

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